El miércoles 7 de junio, en el marco del Día del Periodista, se realizó un acto en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, durante el cual la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, hizo entrega del histórico pañuelo, máximo galardón que las representa, a la decana de dicha unidad académica y actual concejal platense por el Frente para la Victoria, Florencia Saintout. El centro de Investigación y Desarrollo en Comunicación, Industrias Culturales y Televisión presenció la ceremonia junto a autoridades universitarias, dirigentes sociales y políticos, estudiantes, no docentes, docentes e investigadores, entre otros.
Durante el inicio del acto, el ex secretario adscripto para Asuntos Especiales de Presidencia Carlos López, galardonado con el pañuelo en 2015, se refirió a la decana como “una de las tantas jóvenes adultas que son capaces de poner en práctica este proyecto que viene desde el fondo de la historia (…) He visto en ella un discurso y un accionar muy coherentes, muy entrelazados y firmes en estas convicciones a pesar de todas las tempestades que hemos tenido que sortear y de las luchas que vamos a seguir sorteando”. Luego de sus palabras, Hebe de Bonafini explicó que la entrega del pañuelo se realiza en “un momento político muy complejo, de muchas traiciones donde se ven los que se venden, los que se regalan y los otros, los que seguimos peleando por la Patria, esa Patria que amamos, que queremos y que tenemos que defender con nuestras vidas, como lo hizo Néstor y como lo hicieron nuestros hijos, los 30.000 desaparecidos”
“Me encanta venir acá, estar con ustedes los pibes, me gusta mucho la juventud (…) cada vez estoy más segura que nuestros hijos no han muerto ni van a morir nunca. Y Florencia tiene mucho que ver con esto”, agregó Bonafini. Para finalizar, la presidenta de Madres leyó una poesía de Roque Dalton titulada La Pequeña Burguesía.
Con mucha emoción, Florencia Saintout agradeció el galardón y sobre él expresó: “lo recibimos en nombre de todos los compañeros y las compañeras que durante todos estos años hemos podido darle a esta facultad un lugar que no era el que estaba en los manuales y menos en los manuales de periodismo (…) cuando nos llegó la carta al decanato sentimos una inmensa emoción y alegría, pero también fue una convocatoria que nos anudaba el corazón por el compromiso que implica (…) pues no hay convocatoria más contundente para estar del lado de la historia donde hay que estar, donde están los humildes, los que pelean todos losdías en este tiempo cada vez más difícil, por el trabajo, por una vida digna. Este pañuelo nos estremece el alma, el corazón y nos da fuerza para seguir peleando”.
En relación, Saintout destacó que las Madres “jamás tuvieron temor ni especularon sobre tomar posición y nunca se quedaron tranquilas siendo un movimiento de Derechos Humanos. Y cuando hubo que bancar a aquel presidente que vino a pedir perdón en nombre del Estadoy a repararlas luego de años de impunidad, de olvido y de vergüenza, también salieron a bancar. Jamás se sentaron a negociar con quienes no se tenían que sentar (…) Nunca tuvieron miedo a dejar ese lugar de los Derechos Humanos y ser también un movimiento político”.
Por otro lado, la decana se refirió a la facultad como aquella que tenía que aprender lo que habían enseñado las madres: “que había que desaprender que el único camino era la neutralidad, salvarse solo o que lo saberes estaban solamente en los laboratorios y las aulas; que había que aprender que la universidad tiene que ir a los barrios pero también que los barrios tienen que estar adentro de la universidad, porque en este país es una casa del Pueblo (…) que había que desaprender que las cosas siempre se arreglan con diálogo porque la mayoría de las veces no se arreglan con consenso sino con compromiso y con lucha. Y esto también lo aprendimos de las Madres”.
Ya sobre el último tramo de su discurso, Saintout se refirió respecto al ejercicio de la profesión: “estamos en el contexto de un periodismo que tiene listas negras, con compañeros a los que les dicen que nunca más van a poder trabajar. Es un contexto que sucede en toda Latinoamérica, como en Colombia, donde los medios hablan de Venezuela pero no dicen lo que está pasando en su país, o lo que está sucediendo en México; como el imperialismo mata también a los periodistas, o con medios concentrados como nunca en la historia de la humanidad, y no sólo en Argentina (…) En el país, es el periodismo que dijo que había enfrentamientos cuando había fusilamientos, que saludo a la dictadura titulando `Nuevo Gobierno en la Argentina´, que publicaba los nombres de las víctimas antes que fueran asesinadas. Pero también hay una tradición completamente distinta, que en el país tiene más de 100 periodistas desaparecidos, con profesionales que hacen otro periodismo, que se la juegan todos los días y que no son mimados por los grandes medios hegemónicos; el periodismo que con mucha honra también lleva el nombre de Rodolfo Walsh, aquel que no solo denunció aquellas barbaridades sino que comprometió su vida; aquel que en un diario de los trabajadores, en el semanario de la CGT de los Argentinos, en el lugar donde le había dicho Perón que tenía que estar, escribió que esperaba un día en que los hombres no fuéramos lobos del hombre, sino sus hermanos”.
Nota realizada por la Becaria Doctoral UNLP: Andrea Gómez E-mail: andreagomezperio@gmail.com